Resumen
Un adolescente actualmente sin móvil no se siente persona. El
teléfono le otorga un gran poder dándole seguridad y compañía al mismo tiempo.
Sin embargo, lo más valorado al comunicarse con él es su inmediatez, no el
contenido transmitido en sus mensajes. Hoy el teléfono exige estar en
permanente conexión para mantener activas las relaciones sociales, aunque estas
sean insustanciales. Se ha creado una dependencia o necesidad hacia el móvil
para evitar la soledad.
Tema
Opción 1.-Advertencia del autor ante la necesidad que el
hombre ha creado de estar constantemente conectado a su teléfono para no
sentirse solo.
Opción 2.-Crítica del autor a la dependencia o el uso abusivo
del móvil con el fin de evitar la soledad.
Opción 3.-Crítica metafórica del autor a la adicción creada
actualmente hacia el teléfono móvil por la tranquilidad /seguridad que aporta
su compañía.
Estructura
Podemos dividir internamente el texto en tres partes
esenciales:
-Primera parte (de la línea 1 a la 12). El autor
inicia con una pregunta retórica que él mismo contesta con rotundidad para
presentar el tema e introducir o contextualizar parte de lo que será su tesis
al final del texto (no somos nada sin el móvil, lo utilizamos como compañía).
En esta primera parte, el autor presenta además una serie de rasgos que forman
el perfil del adolescente, entre los que
se encuentra el uso del móvil, y lo justifica indicando cómo es esa
transformación que sufre el chico al tener el teléfono con él: lo convierte en
alguien. Responde de esta manera a la pregunta inicial, comparando así el
teléfono con una lanza antigua, ambas como armas poderosas (presenta ya la
metáfora que formará parte de todo el texto).
-Segunda parte (de la línea 12 a la 26). El autor
continúa su argumento centrándose en lo esencial del teléfono: su inmediatez y
en la necesidad de estar permanentemente conectado a pesar de que esa conexión
sea insustancial. Aquí el autor incide en la importancia que se le da a lo
superficial en lugar de a la esencia del contenido transmitido. Realiza aquí
una crítica, por tanto, al hecho de usar el móvil sin más razón que estar
conectado, no para comunicarse realmente con alguien.
-Tercera parte (de la línea 27 a la 29). El autor
concluye el texto enunciando la tesis defendida: el uso abusivo o la dependencia
del móvil es una necesidad creada en la actualidad con el único objetivo de no
sentir soledad. Así, Manuel Vicent critica la pérdida de valores advirtiendo
que actualmente se prioriza estar en contacto continuo a través de un aparato
aunque realmente no se sepa ni con quién ni sobre qué se está manteniendo
comunicación (es el caso de los grupos de whatsapp).
Por todo lo dicho anteriormente, podemos afirmar que la
estructura interna del texto tiene una disposición inductiva.
Actitud e intencionalidad del autor
El autor del texto muestra una actitud claramente subjetiva
mediante un tono irónico pero a la
vez reflejando cierta preocupación
por el tema que presenta: la dependencia creada actualmente hacia el teléfono
móvil y el estar permanentemente conectado para evitar la soledad, para sentir
compañía y sentirse, por tanto, alguien.
Esta subjetividad,
propia de un texto de opinión, como es este caso, queda reflejada en una serie
de rasgos lingüísticos que comentamos a continuación.
En primer lugar, observamos el abundante uso de un léxico connotativo (especialmente
visible en la adjetivación valorativa),
por ejemplo: “bella princesa” (línea 7), “gran poder” (línea 8), “tonto” y “listo”
(línea 9), “suspicacia morbosa” (línea 20), entre otros términos. Así, el autor
muestra claramente su punto de vista sobre las consecuencias de este uso del
móvil.
En segundo lugar, aparece, aunque en menor medida, la primera persona del singular,
concretamente en la forma verbal “no creo” (línea 13), donde explicita
contundentemente y mediante un verbo de opinión su pensamiento sobre lo que
pasaría si un joven descubre que se ha olvidado su “arma” en casa. De igual
modo, la segunda persona del singular,
en “si no contestas” o “puedes” (línea 17) y “si no estás” (línea 21), hace que
autor y lector (emisor y receptor) se aúnen y el tono del primero llegue a
identificar al segundo (a pesar de estar haciendo un uso impersonal de la
segunda persona (significando “si uno no contesta” o “uno puede”). Mediante
esta segunda persona, el autor ya comienza a extrapolar lo que comenzó siendo
propio del adolecente a cualquier persona.
Por otro lado, es evidente el uso metafórico que se hace del término “lanza”, considerada una
fantástica arma poderosa en su momento histórico, que da el relevo al móvil actual
traspasándole todos su mágicos poderes. Lo vemos en ejemplos como el propio
título del texto, “el guerrero desnudo, desarmado” (línea 14) que es el adolescente
sin su teléfono móvil o el desarrollo de esta metáfora en otras figuras literarias a lo largo del texto, como la comparación
de héroes en “los héroes de hoy, como los antiguos” (línea 5), la personificación
en “el dragón que tiene cautiva a una bella princesa” (líneas 6-7), la antítesis,
en las transformaciones que provoca el móvil en el adolescente: “cobarde en
valiente” y “tímido en audaz” (línea 8) o “tonto en listo” (línea 9), entre
otros ejemplos.
En cuanto a la intención del autor, Manuel Vicent muestra
claramente advertir al lector de la
situación a la que estamos llegando con la necesidad de utilizar el teléfono
móvil constantemente a la vez que criticar
esa importancia que se le da a estar permanentemente conectados a pesar de lo
insustancial del contenido transmitido en los mensajes que se envían.
Así, observamos el uso de anécdotas o analogías, como “los ritos de pubertad” en los adolescentes (líneas 2-5), o comparar
la forma de utilizar el teléfono en las parejas de antes con las de hoy (líneas
21-23: “antes los enamorados (...) Cuelga tú; no, cuelga tú; ... En cambio,
hoy...”).
Asimismo, la propia estructura
de texto argumentativo, donde el autor defiende una tesis cargada de razones que la justifican, son rasgos propios de
una marcada intención comunicativa, reflejando en esto el predominio de la función expresiva del lenguaje
(manifestada en los ejemplos de primera persona y un lenguaje valorativo, como
indicamos anteriormente al hilo de la actitud subjetiva).
Otro rasgo observable
claramente donde se manifiesta la intención crítica de Manuel Vicent es el uso
de una sintaxis compleja, es decir,
estructuras, por ejemplo, condicionales (“Si no contestas...” en la
línea 17), estructuras de pasiva - refleja que engloban subordinación (“se
establecen con una variedad de... con los que escarifican su cuerpo...” en las
líneas 1-5) formando así oraciones de hasta cuatro líneas.
Los adverbios
modalizadores dejan ver cómo el autor compara dos épocas tan cercanas en el
tiempo, pero tan dispares en su forma de entender algunos aspectos de la vida,
en este caso, ese uso del móvil y lo que conlleva: “Actualmente” (línea 1), “hoy”
(línea 1, línea 5 y línea 23), “antes” (línea 22).
Finalmente, podemos destacar esa pregunta retórica inicial, pero respondida contundentemente por el
propio autor que introduce claramente la intención crítica que va a desarrollar
a lo largo del texto apelando al lector y solicitando que reflexione ante lo
que está ocurriendo: “¿Qué es hoy un adolescente sin teléfono móvil? Nadie”
(línea 1).